miércoles, 22 de abril de 2009

GRUPOS DE PODER Y ELITES


¿Pueden existir grupos de poder sin elite? o ¿puede existir elite sin grupos de poder?

Como propiedad natural de los sistemas vivientes y máxime en lo sistemas de actividad humana deben existir entidades dedicadas a la preservación y mantenimiento del sistema, que se encargarán de la toma de decisiones. Estos grupos surgen espontáneamente por sus características dominantes y por su capacidad de coalición sobre los demás miembros de la organización. Dicho lo anterior, cabe escribir lo siguiente: las personas o sectores en quienes se delegan atribuciones y recursos para que actúen en nombre de o sobre una colectividad, conforman grupos de poder. Estos son sumamente diversos y se encuentran en muchos niveles. Cabe señalar que estos pueden ser formales o informales. Por ejemplo en el Estado están el presidente y sus ministros, los diputados, los magistrados, jueces y los alcaldes. Dentro de las empresas, los directivos y ejecutivos conforman un grupo de poder, al igual que en un partido político lo son las instancias de dirección. En forma similar los gremios empresariales, sindicales o profesionales, concentran poder en sus consejos y juntas directivas. La existencia de estos grupos de poder no es mala por si misma, siempre y cuando estos actúen dentro de los límites que les han sido establecidos, ejerzan correctamente sus funciones y utilicen debidamente el dinero, el equipo y el personal que les han sido asignados. El problema es cuando el uso de tal poder se desvía o se desnaturaliza. Las elites son grupo minoritario dentro de una sociedad que gozan de un estatus superior al resto de integrantes de la misma. Dentro de una misma sociedad pueden existir distintas élites, dependiendo de los intereses particulares de cada una de ellas. La existencia de estas élites en plural se relaciona con la creciente diferenciación de la sociedad. Los grupos de poder y las elites no pueden existir el uno sin el otro, pues considero que en cada grupo de poder existe una elite que dirige el timón para velar por los intereses del grupo.

MÉXICO: LA REBELIÓN DE LAS ÉLITES


El texto expresa una idea fundamental que consiste en que el futuro de la democracia mexicana no está amenazado por la ofensiva de las mayorías, que era la clave de preocupación de Ortega en su libro Rebelión de las masas, sino por la reacción defensiva de los grupos de privilegio ante los cambios sociales y políticos que amenazan su posición; este reflejo antidemocrático es parte de su condición esencial de grupos minoritarios. La participación de minorías poseedoras de recursos culturales, políticos o económicos escasos fue decisiva en el impulso, bloqueo o dirección del cambio en el gobierno o en la oposición que defiende el statu quo o promueve su desmantelamiento, así a estos grupos minoritarios se les atribuyó un papel específico en este desarrollo. La existencia y participación privilegiada de las minorías en este proceso no es en sí misma antidemocrática. La formación de minorías de decisión es un desarrollo inevitable en cualquier acción colectiva organizada. El carácter democrático de estos grupos recae en su representatividad y participación. Las elites autoritarias son aquellas que buscan preservar el orden establecido, y las elites democratizadoras, buscan destruirlo y remplazarlo por un orden democrático. Resulta un punto medular el análisis de participación de las elites mexicanas en el origen de cambios políticos en el país. Sin duda alguna, México es un país de élites, en el que grupos minoritarios se han apropiado del monopolio de recursos políticos, económicos y culturales y son la principal influencia en la toma de decisiones que determinan su actuar en el curso histórico, estas decisiones son determinantes en la transmisión de ideas, imágenes y valores dominantes en la sociedad. La preeminencia de las elites ha sido el reflejo de la estructura autoritaria del poder. Las elites al paso del tiempo han perdido relevancia, sin embargo, siguen siendo actores importantes pero relativos que para hacer valer sus proyectos tienen que competir con actores internacionales y además con los efectos democratizadores del cambio social. Las acciones políticas de las minorías poseedoras tienden a recuperar el liderazgo que los cambios en la sociedad le han arrebatado. Movilización social y transformación de las elites mexicanas. La movilización social[1] reúne procesos que ocurren simultáneamente, sus indicadores son distintos e independientes pero interconectados, que se refuerzan mutuamente porque van en la misma dirección aunque a ritmo diferente. Los cambios en el país fueron diversos, primeramente se vivió un cambio social a través del descenso en la tasa de fecundidad. Así los cambios se vieron reforzados por otras transformaciones también de largo plazo como la regionalización económica del país. Una nueva sociedad de masas, según Deutcsch la movilización social induce la participación de los sectores políticos. El impacto acumulativo de experiencias y expectativas, comportamientos y necesidades asociadas con el mercado. Desde entonces aumento el número de grupos políticamente relevantes y se inicio una etapa de política de masas. Las elites representativas y las elites de privilegio[2]. La movilización social pareció estimular la pluralización de las elites. La homogeneidad de la elite mexicana tiene su origen en el Estado posrevolucionario, que funciono como la base de influencia, poder, desarrollo y reproducción. Durante los cambios sociales se dio lugar a la aparición de elites periféricas confiriéndoles representatividad social. Así, la movilización social de fines del siglo XX propicio la formación de grupos notables[3] locales en los estados. Las elites de privilegio en comparación con las periféricas deben su posición a la reproducción de una relación de dependencia con el crecimiento y la expansión del Estado. Por otro lado, la autora nos habla del pactismo como clave determinante de la historia política mexicana y para conservar el sentido autoritario basado en: excluir grandes grupos de la negociación política y lograr la centralización del poder. Por ultimo, el proceso de renovación de elites, la composición e intereses de grupo son características del cambio político que se produjo en México y la existencia de una constante amenaza que es el desarrollo de una sociedad de masas capaz de tomar el poder.

[1] Karl Deustch, el concepto sirve para explicar las transformaciones en el cambio social.
[2] Producto del contexto desigual y autoritario.
[3] Empresarios, políticos, periodistas, presentadores de radio y televisión que tienen un papel importante en los equilibrios políticos de estados y regiones. Sin duda alguna han influido en la pluralización ideológica.

miércoles, 15 de abril de 2009

Análisis de redes

Redes de poder

Aplicaciones en ciencias sociales
Jorge Gil Mendieta
Samuel Schmidt


El estudio de Análisis de redes aplicaciones en ciencias sociales, se basa en un enfoque estructural. Analiza la creación y evolución de la red de poder en México, así es como se ha podido desarrollar el sistema político mexicano en el ámbito político e institucional. El sistema político mexicano denota una particular característica que consiste en una larga estabilidad política, en contraste con países sudamericanos o con otros en condiciones similares de desarrollo económico-social. En cambio, México logró asegurar estabilidad política, capacidad para disolver conflictos y sobretodo control. Las causas de dicho logro se deben en parte a la existencia de un partido hegemónico y probablemente a la existencia de un presidente fuerte. La estabilidad del sistema político mexicano también se debe al tipo de élite política aunado al grado de cohesión y homogeneidad. El análisis de la red de poder mexicana sugiere la existencia de los siguientes elementos: un origen común que fue la Revolución, un objetivo común que era el control del poder, valores de identidad constituidos en un partido político y una educación e interacciones sociales, estos elementos en su totalidad lograron la creación de un sistema político cohesionado, además ha capacitado a la red de poder para enfrentar y controlar los procesos políticos más significativos[1]. Es inevitable impedir conflictos en los sistemas políticos, sin embargo, queda claro que la homogeneidad y cohesión de la élite política logran una estabilidad política.
La movilidad de un político mexicano se da dentro del gobierno, y se determina por el número y variedad de las conexiones que establece. Debemos entender que las carreras políticas son a largo plazo, un actor político con amplia movilidad tiene la posibilidad de establecer más conexiones y disponer de más recursos con lo que incrementa su centralidad. El origen de la red de poder mexicana surge en el ocaso de la Revolución de 1910, el grupo de los sonorenses controló el poder político, se apoderó del gobierno y estableció las bases sobre las cuales se crearon las instituciones sociales y políticas fundamentales. A partir de este momento se originó la estructura corporativista que ayudó a crear la superposición de redes, facilitando la expansión de las conexiones entre los políticos que pertenecían a diversas instituciones. Es importante enfatizar el proceso de consolidación de la red que fue el desarrollo de un sistema de lealtades y disciplina, logrando un impacto sustancial en la transmisión del poder. El asesinato de Obregón en 1928 dio lugar a la reformulación de la interacción entre líderes político-militares, creando un partido único y una estructura político-corporativa que duró casi intacta hasta 1988.
La constante necedad de los miembros de la red cuando comparten su interés por tener y retener el poder, adquisición de prestigio, fortuna, temían a la derrota, evitar que los contrarrevolucionarios tomaran el poder y hacer que el sistema mantuviera el status quo e intentar conservar imperturbable el acuerdo revolucionario. El gobierno tenía una red cohesionada que lo apoyaba para tomar medidas en ocasiones extremadamente drásticas[2]. Esta capacidad de control y cohesión de la red puede medirse a partir de la centralidad de sus actores principales. El análisis de la centralidad de una red es uno de los principales objetivos del análisis de redes, porque permite conocer la concentración de poder de los actores y la distribución de influencia en el sistema político.


[1] Como por ejemplo la sucesión presidencial.
[2] El movimiento ferrocarrilero de 1958 y el movimiento estudiantil de 1968.