lunes, 30 de marzo de 2009

REFLEXIONES SOBRE EL PODER

“Política y poder forman un binomio inescindible. El poder es la materia o la substancia fundamental del Universo de entes que llamamos Política”.
Michelangelo Bovero

Comienzo entendido por el poder un fenómeno social, y como expresa Harold Lasswell: se centra el análisis de la política en el estudio del poder como fenómeno empíricamente observable. Él observa en el poder el elemento característico del aspecto político de la sociedad. bien sabemos que si hay un área difícil de aprehender y captar en el campo de las ciencias sociales, es aquella que está referida a las relaciones de poder, las cuales se rigen por normas escritas y no escritas, algunas veces complementarias entre sí y en otras paralelas, si no es que contradictorias. En el mundo de la política, se expresan las pasiones más profundas y genuinas del ser humano en búsqueda de la utopía, la ilusión y la esperanza que reflejan el intento permanente de superación del individuo y la sociedad; pero también se crea una parafernalia que en muchas ocasiones sirve para encubrir, con la utilización del propio aparato ideológico, el beneficio de intereses personales mezquinos y egoístas que se diluyen y desaparecen detrás del escenario en el que se representa el ejercicio del poder. En el campo de la política, la investigación se encuentra con muy graves y serias limitaciones porque una es la expresión con que se justifica públicamente el actor político y otra muy diferente pueden ser los verdaderos motivos que lo impulsan a actuar y sobre todo las consecuencias sociales que su conducta provoca. Es por ello que el hombre en sociedad no solo tiene el derecho, sino la obligación de tener una participación política a nivel ciudadano que obligue a retraer con un mantenido esfuerzo el mayor espacio posible de aquello que la política nos oculta y nos distorsiona en esa escenografía de contradicciones entre reglas escritas y no escritas, entre intereses altruistas y ambiciones egoístas que son las fuerzas concurrentes en esta área y que en última instancia no son más que una expresión de la naturaleza contradictoria y ambivalente que tiene todo ser humano.
¿Qué es el poder? Una idea refiere que es la capacidad y posibilidad de obrar produciendo un efecto. Queda claro que la definición anterior hace muestra de ser muy genérica. Pero el poder no se ve limitado en una capacidad ó posibilidad, va mucho más allá. “El poder es el resultado de una relación en el que unos mandan y otros obedecen”.[1] El poder llega a determinar la conducta del hombre y citaré a Bobbio: “el poder del hombre sobre el hombre”.[2] Continuamente pienso y repienso si el poder es o no es una acción meramente diabólica, más no maquiavélica. El poder existe siempre y cuándo haya otro. Es decir, un individuo al que se le someta para poder convertirlo en el medio para la consecución de los intereses propios, todo en un sentido egoísta. El poder es una pasión, las pasiones son dañinas (sólo llevadas al extremo), el hombre no puede regular sus deseos, y peor aún sus deseos de poder. La esfera del poder es amplia y poco delimitada. El poder no es mera abstracción, el poder se ejerce, se percibe. “El ejercicio de poder se ayuda de algunos elementos que hacen efectiva su aplicación, como la manipulación, la violencia, la riqueza, la información, la legitimidad, el prestigio”[3], las ideas, las creencias, los valores, la coacción.
Para concluir queda clara la inherencia genérica del poder en la política. El poder y la política como expresiones puras de dominación por cualquier medio, legítimo o no legítimo, legal o no legal. Auque también me queda claro que la política posee dos vertientes: como conflicto y como orden. La política guiada por un poder conectado al conflicto, la coerción, la violencia y aquella política adherida al orden, a la toma de decisiones a partir de la comunidad, regida por el consenso, el poder generado. Y como expresa Cioran, el poder visto como un estado enfermizo una sed de él que nos es natural. Una locura política, una fuente de trastornos y de malestares sin igual. La política y el poder, estableciendo una idea del bien y del mal, una exaltación que nos hace sentir dueños de todo y de todos.

[1] Del Águila, Rafael, Manual de Ciencia Política, “La política, el poder y la legitimidad”, Madrid, Editorial Trotta, 1997, pág. 23
[2] Diccionario de Ciencia Política. Norberto Bobbio. Tomo II, pág. 1190
[3] Op. Cit., Norberto Bobbio, Tomo II, pág. 1194

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